martes, 3 de mayo de 2016


Trabajo

“Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz”, esta frase es muy cierta, el trabajo es ese lugar donde pasamos buena parte de nuestros días durante casi toda nuestra vida, es por eso que no solo debemos verlo como nuestra obligación sino como un segundo hogar. Los compañeros de trabajo pueden convertirse en grandes amigos, son las personas que vemos a diario y con quienes compartimos más que un ambiente en común. Sentirnos satisfechos y a gusto con nuestro trabajo influye directamente en nuestro rendimiento.



Ser feliz en el trabajo si se puede y aquí te decimos cómo.

Convéncete de que te gusta: Parte de la actitud de ser feliz implica encontrar la motivación, evaluar lo que está haciendo y hallarle sentido y saber que lo que usted hace realmente tiene un impacto grande más allá de lo que piensa. Esto se relaciona con su capacidad de transformar el mundo o, por lo menos, donde usted vive. Uno de los más grandes ejemplos de esto es Steve Jobs, que abogaba por que la gente hiciera lo que realmente le gustaba.

Ten pensamientos positivos
Transformar los pensamientos negativos en positivos puede ayudarte a cambiar tu humor y mentalidad. “Siempre que tengas un pensamiento negativo detente y piensa en uno positivo”, señala Thomas. Haz esto por algunas semanas y pronto notarás que estás creando un nuevo hábito que motivará la felicidad, no sólo en el trabajo sino también en tu vida diaria.

Organízate: Cuando tienes claro qué tienes que hacer, cómo hacerlo y cuándo debes hacerlo, tu vida será mucho más sencilla y  evitarás situaciones estresantes. Si tienes un cronograma de tareas, no tendrás porqué padecer durante la jornada laboral por no saber a qué darle prioridad o qué hacer una vez termines algo.

Ayuda a tu equipo de trabajo
Involúcrate con tus compañeros, la felicidad en el trabajo no se trata de lo que logras en solitario. No se trata de lo que te hace ver mejor, sino de hacer que todo tu equipo se desempeñe mejor. Establecer un programa de mentores donde los miembros más antiguos ayuden a los nuevos, o hacer que tu equipo forme parte de una actividad filantrópica o ambiental como recolectar ropa y juguetes o plantar árboles puede mejorar la felicidad de toda la oficina.

Reconoce tus éxitos: La moral es una de las partes vitales para tu desempeño y tu sensación de felicidad. Y así tu jefe o tus compañeros de trabajo no reconozcan tus esfuerzos, lo importante es que tú sí lo hagas. Antes de comenzar la jornada de trabajo, anota tres pequeñas cosas que hacer. Hazlas a primera hora y ve tachándolas de la lista, al final del día te darás cuenta que has avanzado. No hay mayor satisfacción, que darte cuenta de que cumplir lo que te propones.

Haz amigos: Las relaciones laborales pueden llegar a convertirse en uno de los factores determinantes a la hora de decir si vale la pena levantarse ese día a ir a la oficina o no. Cuando las tareas son realizadas por trabajo en equipo, las cargas se hacen mucho más llevaderas y la simple situación de poder relacionarte y sentirte tranquilo y requerido por los demás, constituirá una gran motivación.

Tómate un descanso
Aunque muchos emprendedores se sienten motivados por el estrés positivo -aquel que nos motiva a trabajar más- es importante reconocer cuando tu mente y cuerpo necesitan un descanso. “Incluso si te gusta tu trabajo, el estrés puede hacerte infeliz”,

Ten un diario de agradecimientos
La felicidad no viene de tener algo que no tienes, sino de reconocer y apreciar lo que sí tienes. Escribe cinco cosas por las que agradeces todos los días antes de que inicies tu trabajo, antes de salir a la oficina o al final del día. Esto hará que tu cerebro se concentre en pensar


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